Seguro que más de alguna vez habrás visto a un niño haciendo un verdadero berrinche en el supermercado, pensando que ese chico es un malcriado. Pero, ¿Qué pasa cuando nuestros niños son los que parecen malcriados?
Los padres, sobretodo cuando tenemos poco tiempo para pasar con los niños, tendemos a consentirlos demasiado como una forma de compensar la falta de atención paterna o materna. Está bien mimarlos, pero a veces lo hacemos de mala manera.
A continuación te entregamos unos consejos para evitar que tu dulce niño se convierta en un malcriado de primera.
Pon límites claros. Las reglas son para cumplirlas, y si bien existen las excepciones, estás no deben ser cosa del día a día y menos al antojo de los chicos. Los padres son los que llevan el control.
Nunca cedas ante los ruegos. Las decisiones que tomas con respecto a la disciplina no van a cambiar por más que el pequeñín se ponga de rodillas y te ruegue que le permitas ver televisión después de la hora de dormir o comer golosinas a toda hora. Así sólo les daremos a entender que ellos tienen el control.
Establece deberes en casa, pero que se hagan de forma divertida: Nuestros chicos deben ayudar, a su manera, en el hogar, pero tampoco son pequeños cenicientos. Debemos enseñarles que los deberes del hogar también pueden ser divertidos, siendo una instancia para compartir una actividad juntos.
Enseñarles a expresar lo que quieren: Si cada vez que nuestro niño o niña quiere lograr algo, lo hace a través de un berrinche, estamos ante una conducta que necesitamos corregir. Enséñale a expresarse con palabras, dando razones por las que deberías tomar en cuenta su petición. Poco a poco verán como obtienen mejores resultados.
Siguiendo éstos consejos y, más importante, tu intuición como madre, criarás a niños educados, felices y listos para desempeñarse de buena forma en el mundo exterior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario